Texto: V.
a5 b5 a5 b5 a5 b5 c5' d5 e5 f5 e5. Cinco coblas unissonans.
Ningún otro caso con el mismo esquema en Frank (282: 1).
Egan, res qu'ieu vis, que nos ha sido sólo transmitida por el ms. V, incluida después de Lo doutz cossire y Anc mais no·m fo semblan, "pourrait à la rigueur être considérée comme anonyme", según el parecer de Långfors; sin embargo, las razones que éste aduce sólo son "certaines subtilités qui ne sont guère dans la manière de Guilhem de Cabestanh" (1). En efecto, en lo que respecta a la métrica, nada se opone a que esta poesía sea considerada como perteneciente a Guillem:
a) En las poesías de segura atribución nuestro trovador no rehúye el verso corto, hexasílabo o cuatrisílabo (canciones II y V).
b) En las rimas en -é, -enssa, -is y -ors se repiten en Egan varias palabras-rima de otras canciones de Guillem.
No vamos a conceder el valor de pruebas concluyentes a las similitudes de contenido de Egan con otras canciones de Guillem; la generalización tópica del amor cortés hace muy difícil la afirmación de la originalidad del poeta, y todos los tratadistas han insistido en la similitud de contenido de la lírica trovadoresca (2), pero, aun con estos límites, aparecen en Egan algunos de los temas de la poesía de Guillem: el douz cossirier (verso 26); el vasallaje a la dama (verso 13); la fama irreprochable de la dama, de todos conocida y alabada (versos 38-40), y la idea de que son preferibles la pena y el sufrimiento a dirigir la atención a otra dama (verso 55). Por consiguiente, parece que nada se opone a que otorguemos crédito a la autoridad de un cancionero de mano catalana que incluye Egan entre las composiciones de Guillem.
Notas
(1) Les chansons, pág. IV. (↑)
(2) Véanse F. Diez, Die Poesie der Troubadours, reedición de K. Bartsch, Leipzig, 1883, pág. 107; Jeanroy, La poésie lyrique, pág. 94; Rita Lejeune, Thèmes communs des troubadours et vie de société, "Actes et mémoires du IIe Gongrès international de langue et littérature du Midi de la France", Aix-en-Provence, 1958, pág. 75, y Riquer, Los trovadores, I, pág. 77. (↑)