ATRIBUCIÓN:
Peire (en Peire a) d’alvernhe BCDIKRam.
ESQUEMA MÉTRICO:
a7 a7 b7 a7 b7 b7 c8. c rima invariable en –ens.
Trece coblas singulars y una tornada (Frank 124 : 4).
C intercala la estrofa X entre la VI y la VII; R invierte el orden de las estrofas XI y XII. Rm omiten la tornada.
Los otros tres poemas que registra Frank bajo 124 tienen en común estas pecularidades: Todos los versos son de ocho sílabas; y todas las rimas, variables; además, las coblas son capcaudadas, lo que garantiza que la rima c no quede sin pareja. En Dieus, vera vida, verays, de coblas singulars, con versos de siete sílabas, salvo el último que es de ocho, la rima invariable c encuentra correspondencia al final de la cobla siguiente, y en la tornada, de cuatro versos octosílabos en –ens. Es probable que el trovador haya tenido en su mente Amens del último verso para pergeñar ese esquema métrico. Con ese recurso acerca el poema al ámbito religioso y de la oración, que tantas veces termina con la voz hebrea amen, ‘así sea’. Me evoca ese poema el Sermon de Peire Cardinal, de 328 versos, Jhesus Cristz, nostre salvaire, edición de Lavaud, LV, con el esquema a7 a7 a7 b7: la rima a cambia, la rima b, en –en, queda invariable en todos los versos. En la última estrofa, los cuatro versos terminan en –en, y además sigue en la mayoría de los manuscritos un Amen, aunque sin integrar en el verso. A los trovadores –o amanuenses– les servía de modelo para añadir esa voz, además de las oraciones, el Nuevo Testamento, donde se encuentra Amen con frecuencia, para dar énfasis al texto, como en la epístola de Pablo a los Romanos, 11, 36; 15, 33; 16, 24; 16, 27. O en la Epistola Iudae Apostoli, 1, 25. O en el Apocalipsis, al inicio, 1, 7, y en el epílogo, 22, 20 y 22, 21. En el evangelio de San Juan aparece a veces duplicado, como en amen, amen, dico vobis, del capítulo 10, 1, y con especial intensidad en el cap. 13, 16 ss.
Para el provenzal me limito a mencionar algunos de los documentos que edita Bartsch, Denkmäler, a partir de la página 81, y pocos más: La carta de Manfre Ermengau a su hermana termina con Amen (p. 85), lo mismo que L’ensenhamen del escudier, que comienza con El temps de nadalor, (ibídem, p. 101-114). Le libre de Senequa, concluye con Dieus ... sia nostres fenimens. Amen, (ibídem, p. 215). Cerverí de Girona termina su interpretación del Ave Maria con e ben pres a ma fi, amens, que rima con los tres versos precedentes; y añade Amen al final, sin integrar (ver la ed. de Riquer, Oracio de tot dia, n° 117).
Como muestra de apostilla debida al amanuense inserto el colofón de la Infancia de Jesús (Batsch, Denkmäler, p. 270-305): Aras son mons romans finitz. / A totz sels que los an auritz, / Lur don dieus far tal portamen, / Lor armes vengo a salvamen. / Amen. Y termina con el malicioso Explicit: Detur pro pena scriptori pulcra puella (Cf. Curtius, Europäische Literatur, § 5. Schlusstopik, p. 99 ss.).
Grafía: C.