Traduccions - Übersetzungen - Translations - Traducciones - Traductions - Traduzioni - Reviradas

344,001

Español
Francisco J. Oroz

I. Ay virgen en quien tengo puesta mi intención: si a vos os place escuchar mis devotas preces, no tengo preocupación de desviarme jamás de la alegría perfecta, pues vivo y muerto tendré alegría sin deficiencia de vos, señora, que dais alegría por siempre jamás, que os proviene de aquel en cuyo poder están y residen los bienes y los males y las alegrías y las preocupaciones; por ello toda mi ocupación consistirá en serviros a vos, para queningúnotro servicio me venza.
 
II. Señora valerosa sobre todo valor, uno puede alabaros sin contradicción, y en alabaros a vos no puede mentir ningún hombre: pues sois flor de verdadero conocimiento, flor de beldad, flor de verdadera merced, flor a quien el mundo . . . . . . .  fue dada alegría perfecta, cuando vino a vos el poderoso rey justiciero, y quedasteis virgen después del nacimiento.
 
III. Señora, sin simiente tuvisteis un fruto que hace brotar y florecer a todo buen fruto y lo hace granar y llegar a sazón, fruto que se consigue con verdadera penitencia, con ayuno y con abundante oración, con caridad que hay que tener en sí (mismo); pues la caridad es vía y sendero que conduce al hombre a Dios, que es fruto perfecto y no se consigue a no ser con firma fe.
 
IV. Bien lo sé, señora: quien se acuerda de vos y se entrega de buen corazón a serviros, se sirve a sí mismo; pues está seguro del gozo y no será descuidado su servicio; os acordaréis bien de ello allí donde cada uno tendrá temor por sí mismo, tanto el justo como el ladrón, el salteador, cuando se celebre el último juicio, en el que ningún abogado encontrará defensa.
 
V. Buena señora, tan grande es el temor que siento cuando pienso que mis locos deseos tanto me han hecho pecar de pensamiento y de palabra, con acciones tontas y con conducta loca, de tal manera que apenas si puedo y oso pedir merced a vuestro querido hijo. Pero cuando recuerdo cuán generoso fue al perdonar a Longinos y al ladrón, saco ánimos para rogar, y no me desconcierto tanto que no supere enseguida al temor.
 
VI. Ay, reina llena de todo bien, rogad a vuestro querido hijo, si os place, por mí, para que me alivie de mis males y de las angustias que sufriré allí, tan graves y tan excesivas; pues en lo que al cuerpo atañe, no me infunde temor la muerte.

 

 

 

 

 

 

 

 

Institut d'Estudis Catalans. Carrer del Carme 47. 08001 Barcelona.
Telèfon +34 932 701 620. Fax +34 932 701 180. informacio@iec.cat - Informació legal

UAI