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Oroz Arizcuren, Francisco J. La lírica religiosa en la literatura provenzal antigua. Pamplona: Excma. Diputación Foral de Navarra - Institución Príncipe de Viana, 1972.

Edición crítica, traducción, notas y glosario. Versión revisada para Corpus des Troubadours, 2011.

370,015- Perdigon

2. Portes equivale a portetz, cf. las notas hic, 41, 82; 49, 44. Portar es el término técnico (Luc. 11, 27: Beatus venter qui te portavit, cf. traducción cátara de la Biblia, p. 128 a: Bñ zectes es louetes qteporte). Sobre Salvaire observa Chaytor que esa forma «est permise comme régime, quand le régime est personnifié».
 
4ss. Después de faire Chaytor pone coma, para continuar e·l pobol (prefiero el, que registra Anglade, Grammaire, p. 212 como cas-sujet, pues e·l estaría desplazado en ese lugar; el verso 7 lo interpreta Chaytor: pregues ahora, traduciendo de 5-7: ‘puisse-t-il vous prier maintenant (?), le peuple qui [sans vous] serait abandonné à souffrance’. quar del v. 9 y gardatz del 11 traduce con ‘qui ... gardez’. El causal quar está justificado si se lee en vez de pregues (v. 7) pregu’e s’, que da buen sentido: ahorar es una variante de azorar o adorar (R tiene adhorar), que, aun cuando no estuviese documentada, puede admitirse por existir formas análogas (e. g. adesmar, azesmar, aesmar, Levy, Petit Dict., bajo adesmar; adolhar, azolhar, aolhar, ib. bajo adolhar; adorfenat, ib., s. v. frente a aorfenat, Jaufre 5001, etc.); adorar como reflexivo significa ‘dire ses prières, prier’ (Levy, Petit Dict., s. v.), significado que asume s’ahora en el caso en cuestión. pregu’e s’ahora, ‘ruega y os adora’ también sería posible, aunque discreparía de la doctrina ortodoxa de la iglesia (sobre el culto debido a la Virgen cf. Leys d’Amors 1, p. 138, “li es deguda yperdulia”), por más que también se emplee adorar hablando de la virgen: endreg la belha qu’ieu ador (hic, 27, 22); Verges cuy azor (hic, 53, 78); para la lírica profana cf. per qu’ie·us azor, don’eyssernida?, Appel, Chrest., 52, 62; per qu’ieu autra non azori, ib., 12, 14.
 
5.¿Pobols o pobol? El contexto exige el nominativo, pero ambos manuscritos tienen pobol. Según la gramática estricta, de populus se esperaría pobols, que también sería el caso oblicuo del plural. El Petit Dict. de Levy registra dos descendientes occitanos de ese étimo, poble y pobol, ‘peuple; foule’ (cf. Elementarbuch, p. 36, junto a otras formas dobles que provienen del mismo étimo). Ya hemos encontrado pobles en hic, 15, 22: aquest pobles onratz; de Appel, Prov. Chrest., 7, 320 cito: e lo pobles aporta pics, palas e espleitz; y de Crescini, Studi provenzali, 44, 42, ladonc i venc lo pobles, lo maier e·l petitz. Para el caso oblicuo menciono: Adonca fo fait un poble de novel converti, Appel, Prov. Chest., 108, 9; qu’el redemes tot lo poble d’Israel, ib., 116, 15. De pobol como oblicuo abundan los ejemplos: Pilatz fes venir Ioseph e Baraban ... e tot lo pobol, Appel, Prov. Chrest., 118, 1-2; los principals del pobol d’Israel, ib., 120, 64; com fai del pobol menut, Peire Cardenal, 69, 36, ed. Levaud. Pobols como nominativo no aparece en mis apuntes, pero no  veo motivo para dudar de su existencia, si bien no sería extraño el que hubiera sentido la competencia de pobles. Aventuro la lectura pobols, distanciándome de los códices, atribuyendo a los copistas ese solecismo (¿o será correcta la versión del ms. admitiendo atracción de liurar?). Chaytor no se arriesga, ateniéndose al texto legado.
 
13-14. Se ha puesto en duda el que Verges, en bon’hora sea de Perdigon, por observarse en ella varias anomalías gramaticales, que no se encuentran en otras poesías de ese trovador: «...La déclinaison est négligée. De plus, nous avons les rimes -ia pour -ida vv. 42, 44 ... raison de plus pour considérer l’attribution de cette pièce à Perdigon comme douteuse». (Chaytor, p. 73). Lowinsky enumera siete incorrecciones en el empleo de los casos: cinco oblicuos –salvaire (v. 2), laire (v. 11), peccaire (v. 16), jauzire (v. 54) y hom (v. 34)–; y dos nominativos –veray (v. 34 y sire (v. 50)–, que toma por licencias poéticas, lujo que el trovador podía permitirse por estar destinada la poesía a un público menos perito en lengua provenzal, a sus hermanos de religión (Zum geistlichen Kunstliede, p. 172); de igual modo explica la repetición de la misma palabra en rima en tres casos: esmay (v. 9 y 36), veray (v. 36 y 45), faire (v. 4 y 23).
Estas anomalías quedarían casi anuladas si se admitiese que la segunda estrofa no es genuina, opinión ésta para la que podrían presentarse indicios: el trovador se dirige en ella, a su interlocutora, tuteándola: aiud’e perdona v. 15; guarda, 17; razona, 19; tieu car paire, 20, para volver a tratarla de vos en las estrofas siguientes, cual lo había hecho en la primera. Al revés de lo que ocurre en el resto de la poesía, en la segunda estrofa abundan además los vocativos: domna douss’e bona, / humil, de bon aire (13-14). La plegaria no tiene como finalidad rezar por el pobol que fora / liuratz a mal traire (5-6), –que no habla por sí mismo, sino en tercera persona: vos pregu’e s’ahora (7), que vas vos s’atray (12)–, sino que adquiere carácter personal: aquest peccaire (16), ma persona (17), m’arma (19), qu’ieu ai (21), ni sai (22), no·m puescan (23), iray (24). En la tercera estrofa vuelve a rezarse por un tercero: no·l te ni·l tenria (30), vos humilia (32), penedensa fai (33), va (36); es cierto que en la última estrofa también se habla en primera persona: qu’ieu dezire (56), gran dezir ai (57), qu’ieu fos (58), mi fassa iauzire (54), pero no es lo mismo añadir una plegaria particular al final, como colofón, que intercalarla.
Si se tomase por espuria esta estrofa, de las anomalías antes elencadas desaparecerían peccaire, como oblicuo, faire como palabra repetida en rima (ai del v. 21 y del 57 tiene diversa función semántica, cf. Lowinsky, loc. cit.). Examinemos las otras anomalías que Lowinsky considera licencias poéticas: salvaire está justificado según Chaytor como oblicuo (v. nota a verso 2), y se encuentra en efecto también en rima como tal: et enueia·m, per Sant Salvaire, / en bona cort avols violaire (Appel, Chrest., 43, 46); laire del v. 11 es forma común como oblicuo (cf. Cel qui salvet Daniel dels leos / e perdonet al laire verament (Scheludko, Relig. Elemente, 1 p. 29), deducción lógica pues laires se consideraba como nominativo (cf. Appel, Chrest., 78, 26: laires sera, et anara cap cli, ejemplo sin demasiado valor, por seguir s-; pero cf. Element., § 105); sobre hom (34) cf. Appel, Chrest., p. VII, donde figura como forma normal para el nominat. sing.; iauzire pertenece a dos declinaciones, de modo que es correcto su empleo en este ejemplo (Appel. Chrest., Glossar, bajo iauzire); veray no se repite en rima en idéntica función, sino que una vez debe de ser masculino (v. 45), y otra femenino (v. 34), cf. hic, nota a los versos 33-34.
Las formas con desaparición de la -d- intervocálica espandia y floria (v. 42 y 44), que aduce Chaytor, obedecen a una evolución lingüística de la que se conocen numerosos ejemplos (v. hic, 15, 7).
Aun dejando de lado la segunda estrofa, quedarían sin explicación esmay, repetido en rima (versos 9 y 36; cf. hic, 1, 7) y el francesismo sire (v. 50), aunque éste no sea ningún hápax (cf. Ar comensaran ilh a dire: / A dieus paire! Tu qui est sire, Suchier, Denkmäler, p. 162, 184-185).
No obstante esas anomalías –esmay (repetido con igual función), y el francesismo sire, que extrañan en Perdigon– es recomendable ser prudente y reservado antes de declarar apócrifa la segunda estrofa: si consideramos que las rimas de Verges, en bon’hora son idénticas a las de Peirol, En joi (P. C. 366, 16) reconocemos que hubiera sido precipitada y errónea esa opinión. Esta canción de Peirol tiene seis estrofas, una más que Verges en bon’hora; también en las estrofas V y VI se observa igualdad de rima b. Conviene observar además sobre la rima que, además de ser constante c, la rima a cambia gradualmente: -ora (I estrofa), -ona (II), con modificación de una sola letra; -ena (III), -eza (IV), idem; -ansa (V), -anda (VI) idem. Resumiendo: Los argumentos aducidos contra la autoría de Perdigon no son a mi entender decisivos.
 
17. ma persona es una perífrasis por ‘yo’, cf. la soa plazen persona, Appel, Chrest., 86, 26; con el mismo valor es corriente mon cors (Appel, Chrest. Glossar, bajo cors).
 
19. razonar ‘defender’. Gui de Folqueys juega con otros significados de razo al cantar: qu’ieu non cug atrobar perdo, / si tu non prendes ma razo. / Razo ai dig. Doncs es razos / que de lui me vengua perdos?, Suchier, Denkmäler, p. 273, 39-42).
 
24. del segl’irai ‘moriré, muera, salga del mundo’, cf. ar’es anatz sos gens cors amoros ‘dahingegangen’, Winkler, Aver und esser, p. 9, donde se encuentran otras expresiones semejantes.
 
25-26. No hay correspondencia exacta entre el texto de Chaytor: De gracia plena, / avetz nom Maria y su traducción: «’De grâce remplie», tel est votre nom, Marie’, ya que en tal caso debería poner coma tras nom. Interpreto Maria como vocativo, y De gracia plena como atributo (Cerverí, en su Oracio de tot dia, ed. de Riquer, n° 117, v. 141, tiene “e diray li gracia plena”, en rima con pena) como nombre que le da el ángel, ave gratia plena (Luc. 1, 28); la sinonimia gracia - merce ha servido de puente para la consecuencia: quar getatz de pena cuy merce vos cria, v. 27-28. En estos versos cuy equivale a eum qui, cf. Elemente, § 124 y 198.
La aliteración Maria - marida que se observa e. g. en: Huy matinet avie nom Maria / ar m’es cambiat lo mieus noms hen marida (Appel, Chrest., 103, 15-16) podía evocar sin embargo la asociación Maria (marida, maria) y pena, lo que justificaría y recomendaría la puntuación de Chaytor.
 
33-34. Chaytor interpreta: penedensa fai / hom just e verai, lo que implicaría descuido de la flexión y repetición de verai con la misma función en rima (v. 35 y 45); más ponderosa es la reflexión de que es lógico que también el hombre no justo, y precisamente él, haga penitencia, por lo que refiero iust’ e verai’ a penedensa, y no a hom (cf. Luc. 5, 32).
 
46ss. El verso 46 recuerda el símbolo de la concepción virginal, del rayo de sol que penetra en el vidrio sin causar detrimento alguno, de hic, 44, 31, intra·l belhs rays quan solella. Esa comparación prepara la estrofa siguiente, que –en una especie de ciclo– vincula e integra temáticamente la estrofa inicial, añadiendo el nacimiento en efansa a la concepción per l’aurelha. Cf. las estrofas III y IV de hic, 44.
 
60. El caso recto de sanh (con diversas variantes) es sanhs (cf. lo sans vi las peiras, Appel, Chrest. 104, 49, lo sancts vi lur volontat, ib. v. 29, sanhs Esperitz, hic, 41, 80, Lay hon santz Peyre te las claus, Bartsch, Denkmäler, p. 79, 3), pero son corrientes casos como dit Sant Paul (cf. Appel, Chrest., 120, 66; Bartsch, Denkmäler, p. 310 ss., pássim), por lo que respeto la versión de los manuscritos, sin -s.

 

 

 

 

 

 

 

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