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Oroz Arizcuren, Francisco J. La lírica religiosa en la literatura provenzal antigua. Pamplona: Excma. Diputación Foral de Navarra - Institución Príncipe de Viana, 1972.

Edición crítica, traducción, notas y glosario. Versión revisada para Corpus des Troubadours, 2011.

434a,008- Serveri de Girona

1. Axi es grafía catalana. El inicio Axi (o aissi) con cel qu, se encuentra numerosas veces, cf. Aixi com cel qui ditz que·l vis es fortz de Cerverí, ed. de Riquer, n° 75. La VIa canso de Riquier comienza: Aissi cum selh, que franchamen estai, Mölk, Cansos, VI. El Monje de Montaudon empieza nada menos que cuatro cansos con Aissi com sel qu’, etc.
 
2. En vez de n[u]it el ms. tiene nit, que se repite en los versos 8 y 35, y que Riquer respeta en su edición; en los versos 10, 17, 26, 28, 35, 37, 38 figura nuyt, o la variante o el caso recto correspondiente, a razón de lo cual corrijo el catalanismo.
 
3. Adjetivación parecida en Napolski, Ponz, 10, 21: mal’ et brav’ et estraigna; en Levy, Suppl., 5, 117: mals temps e braus sa nau sobronda; en Riquer, Guillem, 25, 36: greu e fer e salvatge. Convendría añadir aturar a las formas romances que registra el REW 6025.
 
4. cf. qu’a penas sai on m’estau, / ni sai don venh ni on vau (Napolski, Ponz, p. 97, 2-3); Appel, Prov. Ined., p. 41, 2, 1-3: No say qui·m so, tan suy desconoyssens, / ni say don venh, ni say on dey anar, / ni re no say que·m dey dire ni far.
 
6-7. La conjetura c’anar por tan del ms. es de Riquer; Kolsen, Beiträge 8 había propuesto completar el verso deficiente interpretando: tan mays no pusc. El verso 13 confirma la lectura c’anar. Pusc, puesc, puosc, posc, posg, podi son las formas de la primera persona del presente de indicativo de poder que registra Appel, Chrest., pág. XXXVII. Tal vez haya escogido Cerverí la construcción desir que vis, en vez de desir vezer (cf. lo gaug qu’ieu desir vezer, Stroński, Folquet, 4, 30; e dezir vezer l’alba, P. C. 248, 3 en el refranh) para evitar la secuencia inmediata de tres infinitivos.
 
8. Para la rima en -an de començan y de los versos correspondientes de las otras coblas y de las tornadas cf. hic la nota 58 que sigue a 55bis.
 
10. Compárese con este verso el pasaje de la Divina Commedia:
ah quanto a dir qual era è cosa dura,
esta selva selvaggia e aspra e forte
(Vandelli, Inferno, 1, 4-5).
Sobre la relación entre el principio del primer canto del Infierno y el de esta alba de Cerverí cf. Cerverí de Girona y Dante BRABLB, 34, p. 275-279. Los principales puntos de contacto expuestos en ese artículo pueden deducirse de esta comparación:
 
 
Inferno
 
alba
nostra vita (1)
est segles (19)
cammin (1)
cami (3), via (1)
per una selva oscura (2)
ab nuyt escura (2)
ché la diritta via era smarrita (3)
c’anan erra la via que deu tener (1-2)
... a dir qual era è cosa dura
questa selva selvaggia e aspra e forte
(4-5)
nuytz fer’ e selvatg’ e dura (10)
cami mal e brau (3)
... rinova la paura.
Tanto è amara, che poco è più morte
(6-7)
ab regart de morir (5)
che la verace via abbandonai (12) que·l camj ay errat que far devia (10)
 
La semejanza va disminuyendo a continuación, por más que no falten puntos de contacto: Io non so ben ridir com’io v’entrai (10) puede tener su correspondencia en: per que no say on m’an ne on m’estia (13); impediva tanto el mio cammino (35) tiene parecido con: e te cami brau qui l’atura (3); e come quei che, ... così l’animo mio (22 y 25) es construcción muy semejante a: Axi con cel c’ ... soy eu (1 y 5).
A esta coincidencia de detalles se suma la afinidad en la concepción general del alba de Cerverí y del comienzo de la Divina Commedia: la acción se desarrolla para los dos en la noche: va ab nuit escura (2) – la notte ch’io passai (21). Ambos se extravían: erra la via que deu tener (2) – che la diritta via era smarrita (3), con el consiguiente temor de muerte: ab regart de morir (5) –  poco è più morte (7). La solución que se presenta a los dos poetas es el alba: per que desir / que vis fenir / la n[u]it, començan l’alba (6-8) – guardai in alto, e vidi le sue spalle / vestite già de’raggi del pianeta / che mena dritto altrui per ogni calle. / Allor fu la paura un poco queta (16-19).
Si bien puede tratarse de una mera casualidad, Dante presenta la descripción de la selva oscura y el descarrilamiento precisamente como introducción al Infierno; Cerverí afirma que: Est segles fals es la nuitz qui·m laguia, / camis d’infern (19-20). Hay coincidencia también en el número de sílabas de los versos de ambas obras.
Por más que las concordancias entre ambas poesías se refieren a lugares comunes en provenzal, la correspondencia exacta de algunos pasajes hacen sumamente inverosímil el que se trate de una casualidad, siendo más bien argumento a favor de una imitación directa: si consideramos que la actividad literaria de Cerverí fue anterior a la de Dante (éste nació en 1265, aquél «escribió entre 1250 y 1280», Riquer, Obras completas, p. IX), parece lícito admitir que el alba del trovador catalán sirvió de fuente de inspiración al poeta italiano.
 
12. En Sg el verso es hipométrico. Para subsanarlo se ofrecen diversas soluciones más o menos aceptables. Más certera que la conjetura si de Kolsen, que asume el uso reflexivo del verbo, me parece mays de Riquer, que evoca tant cant val mais tant m’es plus encolpatz (Stroński, Folquet, 12, 11). Este ejemplo invita a proponer análogamente para el verso de Cerverí los sinónimos mays / plus (o pus): c’om mays va [pus] piyura, suponiendo para pus la abreviatura corriente (p con una diminuta c inversa, véase p. e. Mölk, Cansos, aparato crítico de III, v. 58), que al preceder directamente a piyura habría originado por haplografía el despiste del amanuense.
Aunque estas sugerencias sean defendibles, creo que es adecuado suponer la laguna tras temps y leer e·l temps [es] tan braus, siguiendo la pauta del verso anterior tan m’es la nuytz fer’, y expresando el verbo esser que con las otras propuestas había que sobrentender. La nuitz y el temps están tratados (según vemos en los versos 19-20) como dos impedimentos independientes, razón ésta por la que no creo aconsejable suplir [m’es] del verso precedente, y prefiero añadir [es]. Tras dura conviene poner punto y coma. En vez de c’om ‘cuanto uno’ Riquer tiene com.
 
14. Compárese: enan no vau ni no puesc remaner, Stroński, Folquet, 7, 17.
 
15. Después de sofrir Riquer no pone signo alguno; difiero de ese editor en otros detalles de puntuación que, por no implicar diferencia semántica, no anoto.
 
19-20. Como en otros muchos textos, segle está por ‘mundo’, cf. hic, nota a 41, 88. El sintagma segle fals, calcado en la traducción a veces como ‘siglo falso’, es corriente en los poemas de carácter religioso-moral, como en hic, 4, 17; 7, 11; 37, 1.
Riquer recuerda que laguiar ‘se tourmenter, se fatiguer’, documentado también en catalán antiguo, había sido mal entendido por Kolsen, op. cit., quien anota aguiar ‘guider’. Poniendo coma detrás de laguia, Riquer da a entender que considera cami d’infern como aposición de segles fals. ¿No es posible entenderlo como complemento adverbial ‘hacia el infierno’? En tal caso sería superfluo añadir la -s de caso recto a cami, pero no conozco ejemplos de ese uso. El argumento de que cami es caso oblicuo no tendría peso, pues también en el verso anterior dice nuit (en este caso es aplicable la afirmación de Element., § 101: «Etwelches Schwanken ist auch bei den Substantiven wahrnehmbar, deren Auslaut auf lat. ct beruht, z. B. frug neben frugz», pero cf. nuytz v. 11, 39, 40, y en el 20 ple en el ms. (formas que Riquer respeta).
 
19. Riquer cita del Salmo 83, 7: In valle lacrymarum. En la antífona Salve Regina cantamos in hac lacrimarum valle.
 
22 ss. signifia, con omisión de la -g- < -c- intervocálica, fenómeno repetidas veces observado; en el v. 25, amia < amica, cf. hic, notas a 4, 51 y 15, 3.
 
23. ucar ‘crier, appeler, huer ...’, Levy, Petit Dict. s. v. Riquer, tras haber expuesto que en el ms. se ha añadido posteriormente una h al principio de palabra, y haber aducido la enmienda de Jeanroy vic o vinc ‘vino’, dice que cree aceptable la interpretación de Kolsen uc’e ‘denn er schreit vor Schmerzen’. y o hy lo entiendo yo como ‘ahí’ (en el mundo) < ibi. La traducción que da Riquer de los v. 23-24: ‘que con dolor grita, y está, y no puede salir [de la madre] sin dolor’, con referencia de ez exir al parto me parece demasiado realista en esta alba, dejando sin explicación satisfaciente y esta (en la madre?) y uc, a no ser que se admita un violento hysteron proteron. Prefiero entender: c’ab dolors hy (en el mundo v. 23) uc’ e y (en el mundo) esta, ez exir (del mundo). En De miseria 1, 6, 1 leemos: Omnes nascimur eiulantes, ut nature miseriam exprimamus. Masculus enim recenter natus dicit a, femina vero e, donde el nascimurcan nays de Cerverí, v. 22– se interpreta como recenter natus. Cerverí aludirá a las tres etapas registradas en Inocencio III, De ingressu (lib. 1) –cant nays–, de progressu (lib. 2) –y esta–, de egressu (lib. 3) –exir–.
 
26. Kolsen corrige sin necesidad donan del ms. en denan, interpretando: ‘Vor dem Morgenlichte’. Riquer, que se atiene a la versión del códice y omite la coma tras cami, traduce: ‘que conduce al alba’. No sé si estará documentado donar + acusat. ‘dar a, conducir’; pero me parece preferible referir donan l’alba a Dios: Vers Deus, faitz m’esclarzir donan l’alba ‘ ... dándo(me) el alba’.
 
28. Me atengo a la versión de Riquer, quien a su vez sigue a Jeanroy, Notes critiques sur quelques poésies de Cerveri de Girona, Arch. Romanicum, 23, p. 16, leyendo soy por say del manuscrito y de Kolsen. Si saber estuviese documentado con el valor de ‘entender, comprender’, quedaría bien en el contexto: ‘no entiendo a aquel que ...’, y respetaría al ms.
 
32. Muy acertada me parece la conjetura de Riquer laucenjar por lanceiar de Sg (y de Kolsen, que traduce con ‘Ermordung’). « ... los términos lauzenjar y maldir constituyen un tópico del lenguaje amoroso trovadoresco que en este momento está oponiendo Cerverí a los conceptos divinos de esta alba», Riquer. El fráncico lausinga ‘Lüge’ sería, según el REW 4947, la etimología de lauzenja. Otros relacionan esa voz con la familia de laudare: debido a la similitud formal y a la cercanía semántica, sería aventurado excluir cualquier influencia del término latino sobre lausinga.
 
37-38. En vista del caso oblicuo Altr’amador cabe admitir para saber el significado de ‘conocer’ (Levy, Petit Dict. ‘savoir; connaître ...’), aunque habrá que entender: ‘Sé que otro enamorado ...’, lo que equivale a ‘sé que otros ...’.
La conjetura e descre por e destre del ms. (Kolsen en destreg) es de Jeanroy, loc. cit.; a propósito de 37-39 Riquer observa oportunamente: «Cerverí alude a las quejas y maldiciones que acostumbran a proferir los enamorados en las albas profanas cuando el gaita, o vigía, les anuncia que amanece», cf. hic, 32, 1-15. En Appel, Chrest., Glossar s. v., figura sidons (que se encuentra en Levy, Petit Dict. bajo dons) como recto y como oblicuo, aunque no se encuentren en rima los ejemplos que cita, por lo que dejo sidons sin cambiar, sobre todo en vista de que sigue palabra que comienza por vocal (cf. hic, 15, 6).
 
40. Por más que ior ‘día’ del ms. esté documentado como variante de iorn < diurnum, en esta alba creo que el trovador ha usado iorn, que encontramos en el verso precedente, y además en los vv. 33, 39 y 53. ior[nne habrá perdido por haplografía la -n, aunque habrá mantenido en la recitación de todas las maneras la nasalidad gracias a ne.
 
41 ss. La corrección de Jeanroy, ibídem ez eu, car por ez encar del ms. (y de Kolsen, loc. cit., que pone signo de admiración tras nuytz) me parece acertada. El trovador vuelve en estos versos al lenguaje simbólico. Que del verso 44 puede asumir el valor de nominativo o el de oblicuo (Appel, Chrest., XVII); si se le atribuye la primera función, tenemos que interpretar fa clar’e gran l’alba ‘hace clara y grande al alba’; si no: fa clar e gran l’alba ‘hace clara y grande (referido a luz) el alba’; pero sería demasiado sutil toda disquisición semántica al respecto (cf. sin embargo el v. 48 a partir del cual se siente uno inclinado a tomar lum por iorn).
Estos versos invitan a mencionar algún caso de artificio retórico relacionado con la rima, al que no hemos prestado especial atención, que se observa en el alba: los versos 41-43 acusan evidentemente rima ricca (cf. para este término hic, 23, 9-10), los dos últimos incluso con marcada aliteración, iausir – chausir. Más discreta es la rima interna asir – desir-an, en conceptos antagónicos, ‘odiar’ y ‘desear’. No creo que sean accidentales las cinco -as- de los versos 44-45. ¿Será casual o más bien una amalgama de humor y de genialidad el que este verso contenga sólo las dos vocales que –de acuerdo con una creencia ancestral, divulgada y zarandeada– pronuncian los niños al nacer, con distinción de sexo, masculus et femina, a y e respectivamente? (cf. hic, nota al v. 23).
 
44. El artículo de l’alba ha sido insertado posteriormente en el ms.
 
46. En Sg el verso es deficiente, por faltar una sílaba, lo que pasa desapercibido al editor (también en Kolsen es hipométrico ese verso, lo mismo que en Riquer, Història, vol. I, p. 150). No tengo documentación de una variante con aféresis, stella, en vez de estella que es la forma corriente. Stella sólo parece imaginable si precede una vocal, como en la coniunctio verborum del tipo la estella, que suele resolverse sin embargo con elisión de la vocal antecedente: l’estella (cf. l’estela creguda, hic, 15, 8; l’estela gauzignaus, Appel, Prov. Chrest., 72, 34; E puis guida·l ferm’estela luzens de Sordel, Cavaliere, Cento liriche, LXXIX, 37; o por fin, el ingenioso verso de Arnaut Daniel, o celh cui es l’Estel’e Luna-Pampa, P. C. 29, 8, v. 40). La base manuscrita habrá sido estella, escrito tal vez e stella, que a mi juicio reclama incluso la interpretación [e e]stella, con sinalefa, y formando polisíndeton.
De re cf. el recién citado verso de Sordel, y estela que guia, de hic, 43, 13.
 
48 ss. Para la traducción de preyador, me oriento por ‘adorador’ de Riquer. Tampoco desentonarían ‘pretendiente, galanteador’ y otros sinónimos. Preyador ‘rogador’ es uno de los grados previstos en la escala de intensidad del favor de la dama pretendida. (Cf. la nota a hic, 12, 19, donde se mencionan los otros grados).
Riquer desglosa «Espos, Dios». Compárese la misma idea con palabras similares: Si ma dona s’a d’autres preyadors, / no m’en rancur ni no fauc mal semblan, / ans m’en val mais lo bes que las paors, / que dels melhors a hom mais de talan (Napolski, Ponz, 2, 15-18).
 
50. Kolsen ibídem, había leído erróneamente altres, pos, que corrige Jeanroy, loc. cit.; lo mismo valga para tan de Kolsen, por can.
 
52. Ateniéndose fielmente al códice, Riquer lee que ses falir (Kolsen, loc. cit.: que, ses falir) y traduciendo: ‘la cual, sin cesar’; en Història, loc. cit. mantiene esa versión e interpretación. Sería llamativa la repetición de que, pues se esperaría más bien: que ses falir nos va etc. (ses falhir figura en Levy, Petit Dict. bajo falhir con la acepción de ‘assurement’ sólamente, pero no sería improbable que significase ‘sin cesar’). Una levísima intervención en el texto de Sg permite interpretar que ses falir como haplografía por ques ses falir, o sea, qu’e[s] ses falir ‘que es sin falta, perfecta’, como aposición de espoça, y que es denominada además l’alba que·ns va mostran el iorn (Riquer, añadiendo una conjunción copulativa, que no está en el original y no es necesaria traduce: ‘nos va mostrando el día y el alba’).
 
Sobre los versos 55-61 adelanto cuatro brevísimas informaciones de poca monta con el fin de poder exponer a continuación, sin necesidad de interrumpir, alguna reflexión sobre puntos conflictivos de VII y VIII.
 
55. La enmienda deu por don es de Kolsen. Podría salvarse la versión don del ms., interpretando: D’est’alba, don totz hom a ver desir, (que evoca el inquietum est cor meum donec requiescat in te de Agustín), pero, considerando en su totalidad la estructura de la frase,  acepto como razonable la enmienda.
 
57. Compárese el verso 43, ne·l lum chausir.
 
60. «Jaime II, rey de Mallorca (1276-1311)», Riquer.
 
61. Entre deu y servir se ha trazado en el ms. una rayita perpendicular sobre la línea, ignoro con qué función.
 
55 bis ss. Comienzan las tornadas, que son de lectura clarísima en el ms., como todo el poema; pero que, a la hora de interpretar el texto, presentan alguna dificultad oculta prima facie, algún riesgo que ha originado despistes que intento eliminar. Para ello es necesario analizar con detención lo que dice y quiere decir y debería decir el manuscrito. Para facilitar el cotejo, presento a continuación la versión cuasi-diplomática de ambas tornadas, seguidas de la interpretación y traducción que nos ofrece Martín de Riquer.
 
Destalba don totz hom auer desir. com ses lalba no pot al iorn uenir. nel sol chausir ne deu azirar lalba.
 
Le nobles reys de mayllorca sab dir e far tot be el segle deu'seruir e obezir seruen e honran lalba.
 
Martín de Riquer interpreta:
 
D’est’alba deu totz hom aver desir, / c’om ses l’alba no pot al jorn venir / ne·l sol chausir,     ne deu azirar l’alba: ‘Todo el mundo debe desear esta alba, pues sin ella no se puede llegar al día ni discernir el sol; y no hay que odiar el alba’.
 
Le nobles reys de Mayllorca sab dir / e far tot be, e·l segle deu servir / e obezir     serven e honran l’alba: ‘El noble rey de Mallorca sabe hacer y decir todo bien, y debe servir y obedecer al mundo sirviendo y honrando el alba’.
 
58. Las modificaciones que pretendo introducir, no afectan al texto del ms., sino a la exégesis del mismo, salvo en un caso. Comienzo por este caso, que es el más delicado y complejo: Si examinamos la traducción que trae Riquer de c’om ses l’alba no pot al iorn venir / ne·l sol chausir,     ne deu azirar l’alba: ‘pues sin ella [sin el alba] no se puede llegar al día ni discernir el sol; y no hay que odiar el alba’, constatamos una inconsecuencia, un cambio brusco tras ne·l sol chausir, una interrupción de la fluidez inicial, extraña en un filólogo tan experimentado y cuidadoso como él; la traducción literal debería continuar ‘ni debe odiar al alba’, lo que no encaja, y discrepa de la sintaxis del texto occitano: No ... ne ... ne. No es que Riquer haya traducido mal, sino que ha percibido esa discrepancia, y ha intentado superarla o disimularla, respetando escrupulosamente la versión del códice, ne deu azirar l’alba, que viene a expresar, de manera negativa, con una especie de litotes, lo que dice el primer verso de la tornada: deu aver desir, ‘debe desear (tener deseo de) esta alba’. Esta oposición, algo artificial y forzada, ‘desear’ frente a ‘odiar’, es intangible, pues ya aparece en otro pasaje del alba, en los v. 34-35, asir la nuit y desiran l’alba (cf. en el v. 6 desir ‘yo deseo’, referido a la llegada del alba). Esa antítesis entre desirar y azirar ha debido de tener presente el amanuense, que construyó paralelamente a d’est’alba deu ... aver desir, la frase deu azirar l’alba. Pero con esa analogía o paralelismo caía en un error, por no tomar en consideración que deu podría tener en ambas frases significados diferentes. En ese punto debe de estar efectivamente el origen de la confusión, del error de algún copista.
A esta conclusión llegamos comparando los versos finales de todas las coblas y de las tornadas, que demuestran con evidencia que deu azirar no puede ser la versión del trovador. Veamos esos versos: Cobla I: començan l’alba; II: tardan l’alba; III: donan l’alba; IV: desiran l’alba; V: e gran l’alba; VI: mostran l’alba; VIII: honran l’alba. No cabe la menor duda de que el trovador ha querido colocar antes de l’alba una rima perfecta en -an; lo que equivale a suponer y propugnar que en la primera tornada el original decía deu aziran y no deu azirar.
Para subsanar el error no nos hace falta alejarnos de la versión del ms., recurriendo al diccionario, pensando que deu podría ser una mala transcripción de una voz de caracteres similares. No hay tal: La transcripción es correcta; lo que falla es la interpretación, el significado que un amanuense le ha asignado a deu en este contexto y, siguiéndole a él, los críticos. Excluímos desde luego que sea deu < debet, pues de ser así la gramática exegiría el infinitivo que rechazamos. Esa voz polisémica deu no es en este pasaje ninguna forma verbal, sino un substantivo que, como sol, depende de chausir; ya hemos encontrado ese substantivo en Sg, en este mismo poema, para el verso 22, ver deu, es decir, ‘verdadero Dios’. En el ms. Sg aparece varias veces Deu, incluso discrepando de Dieus de otros códices, e. g. en Lo vers del serv, v. 60, deu Sg, dieus CR, Riquer, Cerverí, n° 91. Cerverí se divierte con un juego de palabras en el primer verso de hic 51 con esa homonimia: De Deu no·s deu nuylls hom maraveyllar. Del sirventes del mismo trovador, Hom no pot far sirventes mas sirven, cito para acabar: Servir deu hom a Deu primeramen (Riquer, ib. n° 35, v.17).
Basten esos ejemplos y el contexto para conjeturar y justificar la interpretación: C’om ses alba no pot al iorn venir; ne·l sol chausir, ne Deu, aziran l’alba, ‘pues sin alba no se puede llegar al día; ni (se puede) discernir el sol, ni a Dios, odiando al alba’. En otras palabras: No podemos llegar a Dios odiando al Alba, sino deseándola.  
Los significados metonímicos de alba los ha ido desgranando el trovador a lo largo del poema, dejando al lector margen de interpretación. Riquer, loc. cit., resume que Cerverí simboliza “con la noche el pecado, y con el alba, o amanecer, la gracia”. En la nota 1ss. del Alba religiosa de Guiraut de Riquier (hic, 32), hago alguna observación sobre esa alba y otras del mismo género, con referencia a la Cantiga de Santa Maria de Alfonso X, Virgen Madre gloriosa, cuyo texto glosa Tu es alva, (con música y esquema tomados de Cadenet, S’anc fui belha ni prezada / Eu sui tan corteza gaita,  P. C. 106, 14),  que termina todas las estrofas con alba.
En la lírica religiosa de los trovadores encontramos alba, con diferentes matices, como mot-refranh, cerrando la estrofa en varios poemas: cf. hic, Nos. 6, 18, 32, 45. El autor del n° 45 nos desvela a quién se refiere él conel día’ y ‘el alba’: lo iors es Dieus ... e l’alba es ... la reyna maire de piatat (v. 7 ss.).
La voz alba suele estar integrada, tanto en las albas religiosas cuanto en las profanas, en el último verso de la cobla, formando el broche final, (p. e. et ades sera l’alba, de Reis glorios de Giraut de Bornelh, o de paradis lums e clardatz et alba, de Guilhem d’Autpol, hic., n° 18).
No tengo presente ningún ejemplo en el que esa voz sola forme el último verso, como en el alba de Cerverí. Es probable que estemos ante una innovación del poeta catalán, en cuyo copioso repertorio encontramos suficientes ejemplos que testimonian su interés por la innovación, por la originalidad de formas y de temas: puede cotejarse su canso Tans / affans / pesans / ni dans, P. C.434, 14, que Riquer, Cerverí, n° 102, califica de “verdadero prodigio de trobar ric”, y reduce a estrofas de 6 versos, plagados de rimas internas; Frank: 22, 1, en cambio, presenta ese poema con un esquema métrico de 26 versos; o su sirventes Tart fa hom mal pus sia entre bonas gens, P. C. 434a, 68, titulado en el ms. Vers breu (Riquer, Cerverí, n° 98, con estrofas de tres versos y rimas internas; Frank: 808, 1, con estrofas de seis versos), que el trovador ha cifrado o enmascarado en un Vers estrayn: Taflamart faflama hoflomom maflamal, Riquer, op. cit., 97.
Oponiéndose a la rutina, consagrada por el uso, de repetir al final del último verso alba, con que terminan muchas composiciones de ese género, Cerverí ha querido infundir nueva savia, nuevo brío. Para ello remoza o inventa un esquema métrico, formando con alba un verso nuevo, independiente, a veces con donoso encabalgamiento, con el fin de destacar debidamente esa palabra clave.
 
61 ss. Las interpretaciones de Kolsen y de Riquer que conozco de la segunda tornada, no me satisfacen. Paso a comentarlas brevemente: Menciono y me distancio decididamente de la aberrante opinión del primero, que introduce en escena ex abrupto al pueblo, poniendo de entrada una conjunción adversativa que tergiversa el sentido del texto original: ‘aber das Volk muss dienen und gehorchen, indem es das Morgenlicht begüngstigt und preist’, ‘pero el pueblo tiene que servir y obedecer, favoreciendo y honrando al alba’.
Analicemos la versión y la traducción de Riquer: ... sab dir / e far tot be, e·l segle deu servir / e obezir     serven e honran l’alba, ‘... sabe hacer y decir todo bien, y debe servir y obedecer al mundo sirviendo y honrando el alba’.  No convence, por un detalle que no me parece exacto in re, y que incluso creo que entraña una contradicción, pues me resulta difícil entender cómo se puede servir al mundo (mundus, caro et diabolus son los enemigos del alma o del hombre) sirviendo al alba (cf. Tres enemics principals / An tug li home que son: / La carn el diable el mon, / Don cascus a totz sos mals (Bartsch, Denkmäler, p. 98).
Barrunto un sentido aceptable de ese pasaje, sin cambiar ni un ápice del texto manuscrito, diáfano hasta be. A continuación en vez de e·l segle interpretaría yo, sin interpunción alguna, el segle, como locativo, ‘en el mundo’: ‘El noble rey ... sabe decir y hacer todo bien en el mundo’; luego cabría elegir entre dos opciones: 1) e deu servir e obezir sirven e honran l’alba, ‘y debe servir y obedecer...’ La gramática es correcta, y el texto tiene su lógica; pero esa versión no convence, pues el segle ‘en el mundo’, ‘en el siglo’, ‘secular’, reclama una oposición, ‘fuera del mundo’, o ‘en otro mundo’, ‘espiritual’, que se echa de menos. 2) Por este motivo, para cumplir con ese requisito de una oposición a segle, creo que es preferible y necesario ver en deu, como en la tornada anterior, el substantivo deu, es decir ‘Dios’, lo que nos lleva a la interpretación: e Deu servir e obezir ...
Deo servire nos es familiar de los evangelios, non potestis Deo servire et mammonae (Math. 6, 24) y de otros muchísimos textos. En las Confesiones, 8, 6, 15, nos revela Agustín su propósito: deo servire statui. En provenzal servir era corriente también como transitivo: on plus l’ai servida, Appel, Chrest., 24, 27; qui la sierf es mortz, ib., 27, 43; la servirai a totz iorns finamen, ib., 28, 45. No descubro pues obstáculo alguno, ni semántico ni gramatical, ni de otro tipo, para forjar la frase Deu servir e obezir. Integrando el texto que precede y el que sigue podemos interpretar: ... sab dir e far tot be el segle, [e] Deu servir e obezir, serven e honran l’alba, con sinalefa de las es contiguas. O podemos leer simplemente, con apócope: ... el segl’, e Deu servir e obezir, serven e honran l’alba, ‘en el mundo, y servir y obedecer a Dios, sirviendo y honrando al alba’.
El sintagma sab dir e far es corriente; me recuerda los versos 28-29 Albertz marques, enoi e vilania sabetz ben dir e mieils la sabetz far, de la tenso entre Albertz Marques y E’n Rambautz, Ara·m digatz, Rambautz, si vos agrada, Crescini, Studi provenzali, 37. En Guiraut de Riquier encontramos sap dir e far / tot, quan vol, Mölk, Cansos, XXI, 11.
Si remodelamos el texto de la tornada de acuerdo con la interpretación que proponemos, resulta a mi modo de ver una versión plenamente aceptable y convincente –que adopto en el texto– en la que el trovador elogia al noble rey Jaime II por dos razones: 1) En lo que atañe al mundo material, por sus méritos como monarca. 2) Respecto al mundo espiritual o religioso, porque obedece a Dios, venerando al Alba.
En lo que se refiere a la postura de Cerverí frente a la devoción a la Virgen, no estará de más mencionar la Canço de Madona Santa Maria, que el trovador dedica a “Alfonso X el Sabio, autor de las Cantigas de Santa María”, alabándolo “por haber escogido por dama a la Virgen” (Riquer, Cerverí, n° 47).

 

 

 

 

 

 

 

 

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